Me falta(s) para estar mejor

He mantenido mi mente ocupada,

he sonreído muchísimo,

he abrazado a mis personas favoritas,

y he mantenido el cobijo de los buenos momentos en mi corazón, presente y memoria. 

He ventilado mis nuevos sueños de hobbies y rutinas. 

He estudiado cosas que no creí que estudiaría, y leído cosas que siempre quise leer. 

He estado bien, he estado sana, he estado tan ocupada que me olvido del día o la hora o de que mi celular existe siquiera.

Y aún así...

No he logrado dejar ir a ninguno de los futuros que imaginé con cada beso que nos dimos en diciembre.

Mucho menos he dejado de lamentar

que ningún *vos*

del futuro que imaginé juntos

la elegía a ella una vez más. 

He mantenido mi cuerpo activo, y he trabajado mi paciencia,

Me he reconocido las batallas -ganadas y perdidas-

He desechado todo de vos, incluyendo la cama en la que un día dormimos juntos... 

Y aún así...

Me quiero quemar viva cada vez que utilizo una frase o una expresión que te robé en un entonces sólo para enfatizar nuestra conexión. Querer tenerte -quererte- incluso cuando me miraba en el espejo...

Qué pesar

que una intención provenida de un amor

pueda convertirse en una enfermedad 

que solo tu conoces, y que solo tu padeces. 

Faltan algunas cosas de las cuales debo deshacerme, eso lo sé. Necesito crear una fogata, volverlas pedacitos y quemarlas, porque, cariño,

es que me aferro a cualquier tontera para pensarte;

y a veces, me vale cualquier sonido u olor para viajar en fantasía e imaginar que te escribo (O peor aún, que te sigo teniendo, y que todo esto fue una terrible pesadilla, alguna parálisis del sueño que quiso hacerme prisionera de una realidad absurda en la que no terminamos juntos. En la que un amor como el nuestro realmente no sobrevive ni significa lo suficiente, en la que ves a un amor como el mío como algo tan banal que puede fácilmente ser desechado para ser suplantado tan pronto vuelvas a bostezar).

A veces, genuinamente, me pregunto qué es más absurdo: La realidad o la ficción.