Se me acabaron las burbujas para vivir.
Hola, querida, tiempo sin saber de vos. Ha pasado algún tiempo... ¿Sabes cuánto? ¿O sigues empeñada en esa realidad absurda en la que nunca has sido feliz realmente?
Veo que ahora estás danzando con fantasmas, rodeada de paredes sucias y creackeadas. La pintura se ha estado levantando, querida, no has hecho el trabajo bien ¿Cierto? Quisiste recuperar tu entorno, agarrar el pequeño destello de luz y hacerlo tuyo sin antes indigar mejor las goteras de la casa.
Ay, querida, pintaste encima de la mohosidad de tu hogar y ahora el pasado está cobrando factura. Como siempre.
Dices que crees en todo, y en realidad no tienes ningún tipo de ancla para permanecer en ningún lugar, en nadie nunca. Sigues sin confiar en vos, y por ende, desconfiando de cada realidad que te inventas y escoges para subsistir de raticos. ¿No te cansas?
No tenés bañera para morir en elegancia...
¿De verdad elegirías ese barril?
¿De verdad terminarías como siempre has temido?
Bueno, de ser así, también deberías buscar esa bolsa de basura, que aunque no vayas a estar cortada en pedacitos, en algún lado deberán poner ese cuerpo tuyo, inerte, con aquella zanja en tus brazos. Tu sangre correrá por el mismo desagüe por el cual has dejado correr tus lágrimas mientras fingías que era sólo el agua de la ducha.
Ay, querida, tiempo sin saber de vos...
Cada vez con menos esperanzas.
Cada vez más ahogada de realidades que terminan siendo disfuncionales.
Cada vez menos vos, con más miedos, con menos letras, con más pena...
Comentarios
Publicar un comentario