Te soñé

Estabas casi a mi lado, casi escondido. 

No te culpo, también me puse a temblar cuando te ví.


Pedí permiso para abrazarte, y de inmediato estabas rodeándome con tus brazos. 

Me enamoré por milésima vez
-entiéndeme-
de esa manera de acercarte como si te faltase la respiración sin mí... 


Sentí cómo todo tu cuerpo gritó de amor y nostalgia. 

Escuché cómo quería hundirse tu cuerpo al mío, queriendo desvanecer las 343 noches que no estuvo junto a mí.


Luego el eterno abrazo de 5 segundos, me miraste como lo hiciste desde el día uno,
con esa ternura que, juro que sólo tus ojos saben dar.
Y acto seguido, me diste la espalda...
Tardaste en soltarme la mano, te escuché decir bajito y despacio que debías irte,
pero sé que lo que querías era que me fuera contigo.

Te diría que me sorprendió, pero la verdad es que no, es algo muy tuyo aparecer para gritar que me amas y alejarte, dejándome dudando acerca de si querrás que me rinda o si querrás que me vaya con vos.

Al final era yo pidiendo ayuda, gritando tu nombre en el momento que más te necesitaba, y vos no buscándome.
Grité tu nombre, y me escuchabas, me respondías, 
pero no me buscabas. 
No ibas a por mi, a mi ayuda.

Terminé con golpes, cortes y moretones... 

Llorando la realidad que me atropelló, 
enterrando el recuerdo 
-aún vivo-
 de aquella realidad que me inventé.




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