Que ni tu llanto, ni tu querer valen, querida. 

Estás tan exhausta como ensimismada, no te estás dando cuenta de lo que sucede a tu alrededor. 

Nada tiene que ver contigo, desde hace mucho que no sos la protagonista de ningún cuento. Deja de utilizar esa imaginación que tenés para crear mierda de la mierda. 

Que ni tu llanto ni tu querer valen, escuchas y asimilas. 

¿Puedes callar esas voces que provienen de las esquinas de la casa, o sigues con miedo de acercarte lo suficiente como para que te pillen? 


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