Te perdoné y no. Les perdoné y no. Me perdoné y no.

En mis momentos de calma, cuando me siento bien... Quisiera tener el poder de elegir.
Y quisiera elegirte, al elegir mandar a todas mis memorias a la mierda.
Quisiera tener el control de mis recuerdos, y poder no tenerlos conmigo.

Quisiera tirar a mis fantasmas a la basura en un santiamén.

Pero no, recuerdo cada paso que doy, y cada tropiezo, y cada vez abrí y me limpié la herida.
Recuerdo cada mentira... Las tuyas, las de mis ángeles caídos, y las mías.

Estoy sobresaturada.
Y no sé cómo escapar de todo ésto.

En mis momentos de calma, creo que lo tengo todo resuelto, y que tú eres la salida. Que lo que recuerdo es sólo por nostalgia y dolor de amores que fueron lo que nunca supe que eran: Fugaces, hermosamente fugaces. Aunque aún no lo tengo claro.
Tengo claro que te sigo queriendo, y tengo claro que tengo miedo de nunca tener el control, y nunca poder tenerte; y tengo miedo de culparte por todo, porque aunque la mayoría de mis cicatrices son a tu razón  y consecuencia, creo que podría, quizás, quizás, quizás, realmente quedarme contigo.
Realmente quizás, quizás, quizás.

Pero quizás, quizás, quizás no. Quizás, quizás, quizás haya sido demasiado.

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