Diario, día 3 sin hablar.

Así que sólo eso faltaba...
Que ya no tuvieses tiempo de ocio para que ésta ridícula dejase de estar en tu cabeza, eh.

Felicitaciones.

Yo te pienso entre una cosa y la otra, y me saturo; y termino escribiendo de ti, y tú
tú ya tienes dinero
así que genial,
ya no me necesitas para estar bien,
y supongo que no hay nada que reprochar... Simplemente dejamos de hablar, ¿No es así?
Casualmente desde que iniciaste a trabajar.
Y casualmente, yo ya estaba buscando maneras de alejarme,
aunque no había empleado ninguna,
pues ésta nueva sólo se dio.

Quién lo diría, ¿cierto?

Ahora sólo espero la aparición de una tercera persona para así decepcionarme por completo de ti
...
Y hacerme esto más fácil.

Aunque nunca funcione, y siga de igual manera tragada por ti. 

ésta vez será diferente, no?
La décima segunda es la vencida.