No estamos, recuerda.

Creí que se me haría más difícil...
Ya sabes, estar ebria y no querer abrazarte como solía hacerlo. Creí que inevitablemente en el momento en el cual tocaras mi piel yo iba a caer. ¡Pero no fue así!
¿Y es porque no te amo? No... Te equivocas, porque sí te amo, pero ahora quizás es que me amo más a mí, y no sabes lo bien que se siente tener un ratico el control.
Si mis cálculos no me fallan, incluso estabas celoso de que mi atención ésta vez no fue en exclusiva para ti; porque sí, lo noté, noté que me abrazaste por detrás solo con la intención de que nadie más se me acercase; y sí, hice como que me asusté, sonreí, y seguí hablando con todas esas tiernas personas. Porque, claro, amor, no iba a dejar que pensaran que otra vez estamos juntos, porque recuerda ésto... No lo estamos.
Y si crees que no me dolió saber detalles de la mentira más grande que he vivido, también estás errado. Porque cada cosa que decías, era una estaca. Que no te digo que me la enterraste, porque pues, ya estaba, ha estado allí justo en el centro de mi estómago por mucho tiempo; pero sí, cada vez que hablabas haciendo referencia a ella y a sus momentos (cuando aún eran también los nuestros) pues movías la estaca arriba, y abajo, arriba, y abajo, jaloneando; y sentía cómo tropezaba con cada mísero órgano. Fue terriblemente inevitable el ardor en el pecho, pero sí, sonreí, como siempre lo hago, como ya estoy acostumbrada a hacerlo...
...
...
¡Pero bien! Creí que se me haría más difícil, la cuestión es, cariño, que tú siempre haces que  mantener la distancia contigo sea fácil.

Comentarios

Entradas populares