Trocitos de mí no se quieren dar a conocer.

Creí que estaba lista para una nueva relación...
Me sentía tan bien, tan que todo era posible, tan que volaba...
Pero, ¡Adivinen quién volvió a caer en picada!

No puedo amar... Y así me siento a presión, y así no sirvo.
Como que me lo dan todo, y yo voy dando lo que puedo... Como que no, porque así no es, ¿saben?
que sí, es cierto que una relación tiene altas y bajas, pero, en cuestión de sentimientos, se debe ir a la par. A la par ser feliz, y a la par estar mal. Si están descordinados, algo fallará. Porque uno se siente muy sólo abajo, y el otro iría entonces ya muy arriba. ¡Y así no es!
Y entonces, si el otro baja, le costará subir, y quien está abajo... quién sabe.
 ¡Y si no es así, pues lo lamento, así es como percibo todo éste alboroto!

Pero todo esto sólo significa que nunca estuve preparada. Que me entusiasmé demasiado rápido, y que de pronto me alejé demasiado porque me sentí muy aprisa, y ya luego tú estabas muy arriba, y yo muy abajo. Y, repito, así no es la cuestión.

Sin embargo, la manera en la que me miras... No quisiera perder eso.
Que has logrado desvanecer de mi cintura varias manchas del pasado -todo poco a poco-, y que eso para mí ha significado demasiado, y te lo agradezco. Eso sí, he querido también conservar algo de mí, y ¡qué agobio! Amo, no sé por cuánto tiempo más te pueda seguir sosteniendo la mirada; porque no estoy preparada para dejarte entrar por completo.
Quisiera quedarme, pero, ya no sé. Y lo siento... Cuánto lo siento, en serio.

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