Si te escribo, es porque las cosas van mal.

- ¿Cómo te sientes?

*15 segundos de silencio*

- ¡Mal! ¡Mal, maldita sea, ya no te tengo. ¿Qué no entiendes? ¡Te me fuiste, joder!
...

Y bien, así, es como inicia mi película de drama. De esas que odio, porque soy yo la protagonista.
No me gustan... La verdad que no. Suelo ver películas de drama porque me encanta, por supuesto, pero no me gusta recrearlas, no me agrada sentir que soy la mala, pero tampoco que soy la víctima.

Y mucho menos -en éste caso particular- no saber qué papel realmente es el que interpreto. ¡Porque no lo sé!

¿Quieren saber por qué me perdió? (Que aún no me ha perdido del todo realmente)
Sus inseguridades...

Demasiado tengo yo con las mías, como para que me colmen de muchas más.
¿Me explico?
Si él duda, yo inmediatamente también lo voy a hacer.
Si él de pronto siente que no puede llegar a hacerme feliz, yo inmediatamente me lo voy a cuestionar. Aún cuando toda mi alegría había sido gracias a él.

Soy demasiado insegura para que alguien inseguro quiera afianzarse en mí.
Yo hago lo que puedo. Si tú buscas en mí solución para ti, te has jodido. Puedo darte una observación y crítica constructiva, sí, para tu mejora, ¿sabes? para... "Ser mejor". No para "Ser", pues... Yo, apenas "empiezo a ser".

Así que, bien...
Si dices que ya no me tienes, no haré nada al respecto.
Tú muy bien dijiste que pensaste en dejarme porque pensaste que sería lo mejor ¿No?
Pues, yo no haré nada para que cambies de opinión, porque no me nace, y lo siento. Y siento habernos sentido.
No me cabe aún en la cabeza cómo es que de risas pasamos a ésto. Cómo es que de quererte a toda hora conmigo pasé a... Escribirte.

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