No pienso cambiar.
No debí hablar. Definitivamente, debo aprender a mantener mi bocota sellada.
¡No me soporto! De verdad, nunca estoy satisfecha de mí, ni de lo que hago. A menos, claro, que simplemente esté sin decir nada, sin hacer nada más que sentir todo. Allí, allí me siento increíblemente bien. Porque siento que soy, y ya, y no digo. Y nadie me tilda de mentirosa, sólo me siente, y allí deciden si quedarse o no.
Me siente o me lee, que, bien, eso tampoco está tan mal.
A menos, claro, que se fijen en letras pasadas, y no letras presentes.
Pero bien, da igual, el caso es que debo callar. No debí hablar del pasado.
No debí hablar acerca de nada... Ya lo sé, porque nadie sabe lo que siento, o cómo lo siento.
Ahora me siento como invadida, y no sé ni por quién, si ni siquiera me han pedido que hablara...
¿O sí?
Bueno, quizás un poco, sólo "para conocerme mejor".
Pero, ostias, ¿qué no te basta con lo que has percibido de mí? Lo bueno... ¿no te basta?
te he dicho que he sido un desastre, pero que eso fue antes, y me dices que no estás apurado pero que en algún punto me exigirás esa parte, que te lo diga.
Y yo he decidido hacerlo antes que lo exigieras. ¡Pero en qué pensaba!
Era algo mío, como mío éste blog y los otros dos blogs más.
No quiero hablar del pasado. No quiero.
Ni de cómo me siento cuando el pasado pretende volver, y yo le doy acceso a dos pasos al frente.
¡Porque no quiero que me digan qué debo dejar ir y qué no!
¡Y seguiré manteniendo lo que es la amistad en un pedestal, porque me da la gana!
¿Que son palabras muy fuertes? Pues sí, genio, es que el sentimiento también lo ha sido. Porque soy de las personas que quiere. ¿Qué acaso eso no ha sido lo que te ha atrapado de mí?
Y el otro idiota que también me dice que soy una gafa.
Así es... ¡Gafa, gafa, gafa!, no dejó de decirlo. Porque soy dramática, porque no dejo ir, porque tardo demasiado en dejar las cosas como deben ser, porque no me doy cuenta dónde hay toxina y la cuestión... ¡Pues gafo, gafo, gafo! ¿También no has sido tú quien me dijo que adorabas eso de mí? ¿Que por eso era mejor que... ella? Porque siempre espero lo mejor. ¿No lo recuerdas?
Idiota... ¡Idiotas!
No dejaré de creer en las personas. Porque no quiero. Porque sin esa creencia no soy yo, estaría entonces vacía, no les hubiese dejado entrar, así de simple. ¡A nadie!
Así que sí, seguiré confiando, seguiré esperando lo mejor de mis ángeles. ¡Porque sí, aunque estén lejos, han sido y seguirán siendo mis ángeles! Caídos o no, espero lo mejor de cada uno de ellos. Conmigo o sin mí. Me hayan herido o no.
Porque sí, porque yo también he herido, y he errado; y me han tocado cosas bonitas. ¿Por qué no ha de sucederles a mis ángeles?
Y mi esencia no se irá. Así que aprendan a amarla, porque si se va, se va conmigo.
¡No me soporto! De verdad, nunca estoy satisfecha de mí, ni de lo que hago. A menos, claro, que simplemente esté sin decir nada, sin hacer nada más que sentir todo. Allí, allí me siento increíblemente bien. Porque siento que soy, y ya, y no digo. Y nadie me tilda de mentirosa, sólo me siente, y allí deciden si quedarse o no.
Me siente o me lee, que, bien, eso tampoco está tan mal.
A menos, claro, que se fijen en letras pasadas, y no letras presentes.
Pero bien, da igual, el caso es que debo callar. No debí hablar del pasado.
No debí hablar acerca de nada... Ya lo sé, porque nadie sabe lo que siento, o cómo lo siento.
Ahora me siento como invadida, y no sé ni por quién, si ni siquiera me han pedido que hablara...
¿O sí?
Bueno, quizás un poco, sólo "para conocerme mejor".
Pero, ostias, ¿qué no te basta con lo que has percibido de mí? Lo bueno... ¿no te basta?
te he dicho que he sido un desastre, pero que eso fue antes, y me dices que no estás apurado pero que en algún punto me exigirás esa parte, que te lo diga.
Y yo he decidido hacerlo antes que lo exigieras. ¡Pero en qué pensaba!
Era algo mío, como mío éste blog y los otros dos blogs más.
No quiero hablar del pasado. No quiero.
Ni de cómo me siento cuando el pasado pretende volver, y yo le doy acceso a dos pasos al frente.
¡Porque no quiero que me digan qué debo dejar ir y qué no!
¡Y seguiré manteniendo lo que es la amistad en un pedestal, porque me da la gana!
¿Que son palabras muy fuertes? Pues sí, genio, es que el sentimiento también lo ha sido. Porque soy de las personas que quiere. ¿Qué acaso eso no ha sido lo que te ha atrapado de mí?
Y el otro idiota que también me dice que soy una gafa.
Así es... ¡Gafa, gafa, gafa!, no dejó de decirlo. Porque soy dramática, porque no dejo ir, porque tardo demasiado en dejar las cosas como deben ser, porque no me doy cuenta dónde hay toxina y la cuestión... ¡Pues gafo, gafo, gafo! ¿También no has sido tú quien me dijo que adorabas eso de mí? ¿Que por eso era mejor que... ella? Porque siempre espero lo mejor. ¿No lo recuerdas?
Idiota... ¡Idiotas!
No dejaré de creer en las personas. Porque no quiero. Porque sin esa creencia no soy yo, estaría entonces vacía, no les hubiese dejado entrar, así de simple. ¡A nadie!
Así que sí, seguiré confiando, seguiré esperando lo mejor de mis ángeles. ¡Porque sí, aunque estén lejos, han sido y seguirán siendo mis ángeles! Caídos o no, espero lo mejor de cada uno de ellos. Conmigo o sin mí. Me hayan herido o no.
Porque sí, porque yo también he herido, y he errado; y me han tocado cosas bonitas. ¿Por qué no ha de sucederles a mis ángeles?
Y mi esencia no se irá. Así que aprendan a amarla, porque si se va, se va conmigo.
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