El "a pesar de todo" no es bueno.

Uno de los atardeceres más tristes.

Camino lento, como si eso detuviese el dolor, como si mi caminar fuese un filtro, y pudiese manejar la cantidad, o la magnitud del dolor que sentí en ese momento. Y no, no sirvió, porque obviamente no era posible.

Me preguntas si no puedes hacer nada para hacerme cambiar de parecer.
Y, bien...
Quiero que me ames como a ella, o incluso más.  Y el problema es ese precisamente, que no lo haces, no lo logras. Y, ¿Cómo puedo yo reclamar, o tan siquiera pedirte eso?
No puedo quedarme contigo, porque recuerda que te vas.

Te lo repito, ¿En qué cabeza cabe?

Y
es que ya...
Soy una ramita en el suelo. Yo era un árbol, y me fui yendo por las ramas, y allí me agarraste; pero, corazón, me deshojaste, y me tiraste. Quedé sin nada, sin vida. Amándote...
Porque te amo

...

Y maldita sea, odio esta sensación.

Si tú crees que es terrible para ti, no te imaginas para mí.

Porque te amo. Yo sí te amo, y te amo con locura.

¡Carajo!

Te amo como no quiero amarte nunca más, como espero no amar nunca más. No así, no tan de lleno, no tan por encima de mí...

Te extraño. Ya te extraño, y te deseo. Y duele; querer no querer tenerte duele de una forma asfixiante.

...
Camino lento, mientras pienso que nada de esto duele. Pero en seguida salen las lágrimas, y miro hacia atrás, esperando que me grites cualquier tontería, y no...
Camino lento, mientras pienso que nada de esto duele, pero igual duele.